“No te tengo miedo” dijo Beverly a IT. Él la olfateó… “Mmm… Sí… Pero ya lo tendrás…”.
Dirigida por el argentino Andrés Muschietti, IT regresa al imaginario colectivo curiosamente 27 años después de su estreno en 1990 al igual que las apariciones cíclicas de este payaso maldito en la localidad de Derry. 27 años han pasado desde que Pennywise escarbara en los miedos más profundos de toda una generación.
El carácter de esta nueva adaptación del libro de Stephen King es el desarrollo de la psicología de los personajes. IT de Muschietti más que una película de terror demoníaco, es un relato de los horrores del ser humano y la tensión existente entre adultos y niños, tensión que provoca los miedos de los cuales IT se alimenta.
¿Por qué existe este payaso? Más aún ¿Por qué es un payaso?
La novela de King utiliza dos símbolos esenciales para describir la compleja estructura de nuestros miedos.
Por una parte, el payaso ha sido elegido como arquetipo de la pérdida de cordura del adulto y la imposibilidad de reconocer su identidad, hecho que para todo niño, es fuente de confusión y temor.
El payaso es una imagen difícil de comprender ya que personifica una idea torcida de adultez como estatus que el niño debe alcanzar y que busca en las personas mayores su referencia de desarrollo e identificación. No se comporta de modo coherente alterando su apariencia bajo una risa permanentemente forzada tras la falsedad del maquillaje, utilizando una vestimenta grotesca y ridícula que se opone al deber ser del adulto e interpretando una supuesta felicidad que se distancia de las responsabilidades de alguien mayor.
Como bufón de corte, IT es la figura que se encarga del escarnio público de nuestros miedos, por lo que lejos de representar al adulto que nos protege y guía, hurga en nuestra indefensión y separatidad con el padre o madre.
Por otra parte, el hábitat existencial de este ser es la alcantarilla, un espacio de oscuridad que a través del agua como símbolo de las emociones, recorre nuestro inconsciente como un laberinto de pensamientos oscuros y recuerdos de dolor.
De este modo, IT se erige como arquetipo de nuestro miedo más profundo, el desamparo ante un adulto que no sólo puede dejarnos en la orfandad, sino también ser causante de nuestros principales traumas y dificultades para construir nuestra identidad.
En esta nueva versión, IT en realidad no es el villano. Son los adultos. Padres ausentes o violadores, madres con complejos de Edipo, un pueblo indolente ante el abuso escolar o el racismo donde incluso los niños matones son víctimas de sus padres. Hogares que esconden secretos oscuros, cual cloaca cuyo hedor corporiza a este payaso que se nutre del miedo de los niños al identificar sus temores.
Quien espere un terror comercial se encontrará en realidad con un terror estético, siendo esta dimensión la clave de la narrativa de la película. El argumento prima sobre las pesadillas que el espectador pueda anhelar secretamente tras ver el film; IT de Muschietti apela a la imagen normalizada del terror, desdibujando el límite de las dimensiones de “realidad” y “oscuridad” de tal modo que sólo los niños protagonistas y cinespectadores son capaces de ver a IT y a sus manifestaciones de sangre y pavor, excluyendo a los adultos de la película la capacidad de verlo, porque en realidad, IT es ellos mismos. Adultos que ocultan sus miserias y maldad tras la farsa del maquillaje siendo incapaces de verse a sí mismos, enajenados por la letanía de sus vidas y de sus propios dolores de infancia.
Bill Skarsgård personifica en esta ocasión a un Pennywise barroco no sólo en su estética. Con movimientos alterados y sonrisa ansiosa, representa perturbadoramente la performance de un demonio que glorifica su sed de sangre pura. Se desliza elegantemente en cada escena a diferencia del IT de Tim Curry de los noventa –quien comparativamente sigue reinando en la interpretación espeluznante del payaso caníbal– trascendiendo la expresión instintiva del terror haciendo más de sí un payaso marioneta de los adultos.
El casting de los niños es acertado logrando interpretar las tensiones sexuales de la pubertad entorno al eje dramático de Beverly, la niña que lucha contra la permanencia de su propia inocencia aferrándose a la amistad y el amor de estos chicos que de algún modo, facilitan su liberación del padre. Finalmente, el coraje que los niños reúnen para enfrentar a este payaso, se funda en su mutuo amor y la consciencia de que si ellos no lo hacen, nadie lo hará.
Habrá que esperar un tiempo para la segunda entrega. Lo cual es una certeza, porque IT jamás muere.
Mientras existan adultos indolentes y abusadores de niños, el mal de la alcantarilla prevalecerá. Será cosa de ver un globo rojo por ahí, para respirar profundo y decidir enfrentar nuevamente a nuestros demonios.
Y sin maquillaje.
Ximena Burgos Sánchez.-
El mejor comentario que he leído sobre esta versión, para mí es la versión que más se asemeja al libro, la amé 🙂
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Mónica, muchas gracias por tu comentario! Y como bien dices, esta película logró plasmar muy bien el universo de King. Saludos!
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Esta bueno el analisis , pero entiendo que es una produccion para
La imaginacion de niño norteamericano, no creo que sea una obra que identifique mas miedos que los propios de EU., en el resto del mundo ese payasito es un chiste.
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Es interesante el punto que planteas; la imaginación de un niño, varía de acuerdo a su contexto sociocultural? Los arquetipos, son universales? Muchas gracias por tu opinión Carmen!
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